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viernes, 16 de enero de 2015

CUENTO: El Regalo de Andrés

Esta es la historia de un niño llamado Andrés. Andrés era un niño de posición económica muy pobre que creía que la navidad era solamente grandes regalos con grandes cenas y muchos lujos extravagantes que él no poseía. Siempre que llegaba la época de navidad su conducta cambiaba de forma rebelde y negativa y renegaba de los regalos humildes que su madre con sacrificio le regalaba. También se molestaba por la humilde cena navideña que siempre le daba. Andrés anhelaba tener grandes regalos con una gran cena navideña como las que veía en los barrios acomodados.

Esa Noche Buena, la mamá de Andrés le da su humilde regalo de navidad. Andrés, al abrir su regalo y al ver lo humilde que era, furioso le reclama a su madre en la pobreza en que vivían y ¿porque no podían tener una navidad con buenos regalos como los demás? Sin dejar que su madre le contestara, salió corriendo de su casa dejando a su madre llorando desconsolada y triste.

Andrés sin rumbo fijo camina hasta llegar a un barrio cerca del suyo pero de gente acomodada y se percata de esta hermosa casa con muchos adornos y luces navideñas, y frente a la casa un automóvil donde un señor sé está bajando con muchos grandes regalos navideños. Curioso al fin, se acerca a la casa y entra en los bellos jardines de esta donde va a una de las ventanas y ve entre tanto lujo y regalos de navidad a una hermosa pero triste niña. Andrés se preguntaba: ¿Cómo era posible que esta niña estuviera tan triste teniendo todos esos regalos?

Sin darse a esperar toco la ventana llamando a la triste niña. La niña asombrada, se acerca a la ventana, y le pregunta a Andrés ¿quién tú eres? y ¿qué haces frente a mi ventana? Andrés le contesta: Me llamo Andrés y estoy mirando todo esos hermosos regalos que te han traído. Andrés a la vez le pregunta: ¿Cómo te llamas? ¿Porque no saltas de alegría, si lo tienes todo? La niña le contesta diciéndole: Mi nombre es Ángela y estoy triste porque no tengo a mi mamá acompañándome. Andrés exaltado le dice: Yo estaría brincando de alegría si tuviera la cuarta parte de los regalos que tiene, los cuales mi mamá no me puede dar. Debes de estar loca en desperdiciar tantos regalos.

Ángela muy sorprendida le dice: para que tantos regalos si lo que más quiero no está conmigo que es mi mamá. Dale gracias a Dios que por lo menos te bendijo y tienes a tu mama que te acompaña. Andrés, irónico se retira burlándose y gritándole lo loca que estaba y por tantos disparates que decía.

Andrés, alejándose de la casa de Ángela y camino a su casa ve que hay un accidente más adelante donde fue atropellada una humilde señora que para él se le parecía a su mamá. No llegando a tiempo a la ambulancia para asegurarse que la señora atropellada era o no su madre se fue corriendo hasta su casa gritando y recordando todo lo que le dijo a su mama antes de salir, y pidiéndole a Dios dijo: Dios mío, por favor, que no haya sido mi mamá la atropellada, perdóname por ser tan malo con ella y le prometió a Dios cambiar y ser más generoso y agradecido.

Al entrar a su casa se encuentra que nadie lo esperaba, Andrés desconsolado, pensando que había perdido a su madre y llorando de arrepentimiento entra a su cuarto donde vio a su mamá quien lo esperaba en su mecedora dormida sana y salva. Sin hacerse esperar Andrés da un salto de alegría besando muchas veces a su mamá agradecido a Dios por darle el regalo más grande de su vida, “a su mamá” y el amor que ella le da.

“El mejor regalo que podemos dar es aquello que sentimos el uno por los otros y es amor. Expresémoslo y nada te faltará.”

JORGE A. TORRES-ESTRELLAS
MANATI, PUERTO RICO